domingo, 2 de diciembre de 2012

Violadores: un debate que no puede esperar


El reciente caso de Tatitana Kolodziey pone en evidencia la importancia de generar normas que eviten que este tipo de  crímenes se sigan repitiendo. La chaqueña que encontraron enterrada en un terreno baldío tenía 33 años, fue violada y asesinada por Juan Ernesto Cabeza, un remisero que ya había estado preso por otros delitos sexuales. El agresor había obtenido la libertad condicional 25 días antes de matarla por el Juez de ejecución Penal Axel Lopez.
            Juan Ernesto Cabeza estaba condenado a 24 años de prisión por haber violado, a cuatro mujeres entre 1995 y 1997. Según los médicos que lo habían visto, tenía un trastorno personal antisocial y factores de riesgo de reincidencia en el delito sexual, aun así, cumpliendo con los plazos legales y con la aprobación del Juez, obtuvo la libertad condicional.   Este hecho confirma una vez más las estadísticas que sostienen que los violadores tienen una tendencia a reincidir en sus comportamientos.
            Una particularidad de este caso es que al obtener la libertad, Cabeza tenía dos restricciones impuestas por el juez una era que no podía tener carnet de conducir, ya que todas las violaciones las había hecho mientras trabaja con su remis, y que no pudiera trabajar en ese rubro. Al no existir un registro especial de antecedentes de personas condenas por delitos contra la integridad sexual, fue a otra localidad en la que le dieron el registro y así pudo trabajar nuevamente. Es fundamental que se cree un sistema nacional para evitar que este tipo de irregularidades sean posibles.
Desde los medios se responsabilizó desde un principio al juez Axel López, y así se está desviando el eje del problema. No es la primera vez que un magistrado deja en libertad a un violador que comete crímenes peores al poco tiempo de salir.  Familiares de la víctima y agrupaciones de derechos humanos están militando para desde el Congreso de La Nación debatan y generen nuevas normas preventivas. Exigen que se cree un registro al que tengan acceso todas las municipalidades e instituciones educativas, en el que figuren las personas que están condenadas por delitos sexuales. Para evitar así que vuelvan a ocurrir tragedias como la de Tatiana. 
Victoria Vergara 

Los niños y adolescentes también sufren la violencia de género



“ Todos los días recibimos al menos diez niños que son víctimas de violencia familiar y de género, sufren maltratos físicos y psicológicos de todo tipo” cuenta Nilda Di Gennaro, asistente social del Hospital Garrahan. La violencia en los niños es una problemática nacional que está naturalizándose a diario en todas las instituciones públicas del país. Con frecuencia llegan a los hospitales menores que han sido golpeados o abusados en sus casas o ámbitos familiares y en todos los casos el maltrato psicológico está constantemente presente.

 Las estadísticas presentadas por el último informe del INDEC realizado en el mes de septiembre son alarmantes. El 60 por ciento de las víctimas de violencia de género son mujeres y el 30 son niñas y niños.
En los últimos anos los casos de Violencia de Género crecieron tanto que la Corte Suprema de Justicia decidió crear un área especial para estos casos. Se produjo una legitimación e institucionalización de la violencia de género como problema tanto en la sociedad como en el estado. En 2008 se creó la Oficina de Violencia Doméstica. Que constantemente está haciendo estadísticas e informes sobre esta problemática. Lo preocupante es que todavía no hay un relevamiento a nivel nacional, lo que impide ver la real magnitud de este mal que está creciendo año a año.

Desde 2010 las denuncias crecieron 40% y el maltrato psicológico es lo más frecuente en todos los casos. Una de los objetivos más fuerte de las campanas hechas por la Oficina de Violencia doméstica es lograr que las víctimas pidan ayuda ni bien comienza las agresiones verbales para evitar llegar a las agresiones físicas.  

                De los números más preocupantes se puede ver que menores de edad de ambos sexos son víctimas de diversas formas de violencia. La mayoría de las mujeres sufren sexualmente y los varones con golpes, que en muchos casos terminan en muerte. Si bien hay normas que regulan y castigan la violencia a los menores a nivel internacional, como La Convención de los Derechos del Nino, que tiene jerarquía constitucional, los casos crecen exponencialmente, ya que se naturaliza el maltrato y hasta que no hay consecuencias extremas, los familiares no suelen denunciar a los agresores. Es por eso que por lo general, cuando recurren a autoridades competentes, es demasiado tarde.

                “En muchas ocasiones el maltrato hacia los niños es una forma de las parejas para lastimar atacando a los hijos” explica Nilda. El problema según cuenta, es que al estar en medio de situaciones familiares complejas, las madres no denuncian a los agresores, los justifican. Otro caso recurrente son los que no sufren agresiones físicas directas pero son testigos del maltrato hacia sus progenitoras, lo que los hace crecer en un ambiente de pánico constante y de culpa al no poder hacer nada por defenderlas. Se altera así la personalidad de esos niños que viven situaciones traumáticas a diario y que no pueden hacer nada por sí mismo para cambiarlo. Dada la cantidad de casos, explica la asistente social, es de carácter urgente que se cree un aérea especial para hijos e hijas de mujeres víctimas de género para poder asistir y prevenir a los ninos que están expuestos a estos maltratos.

Victoria Vergara